Según los estudiosos de las telenovelas y los soap operas del estilo Hispania Viriato, uno de los mayores placeres que produce en el espectador su visionado es la satisfacción de poder prever con antelación cuál va a ser la reacción de los personajes. Así, la retórica de este discurso televisivo es producir situaciones diversas en las que ya sabemos con antelación por dónde va a caminar el personaje. Lo contrario produce, en general, una cierta incomodidad. Ahí reside uno de los placeres estéticos de esta telenovela.
Así, sabemos que las mujeres de esta Hispania, sean romanoides o hispanoides, siempre recibirán una bofetada o maltrato psicológico, que la Sabina siempre será la hermana malasombra, la Claudia una patricia neurótica, que al Galba se le someterá al coitus interruptus, que el Marco siempre será un soldado tonto muy tonto, digno de Cruz y Raya, y todo le saldrá mal, que a los vigias les faltará un veranito o estarán durmiendo la siesta, ya vigilen las puertas de acceso al castra, la tienda de las armas, o la jaulas de los prisioneros , que por un campamento romano te podrás pasear aún vestido de Guerra de la Galaxias...y que la Nerea es la hispana sufridora a la espera de conseguir lo que ya ha tenido la Helena.
Y como lo que importa es la publicidad en esta obra-detergente, ella es la que esta convirtiéndose en la auténtica protagonista de este versión torcida de la Hispania de Viriato, pues sus buenos ingresos da. Y es, por eso, también, que, como cualquier telenovela, procurarán estirarla todo lo que puedan. Sea introduciendo un caballito de Altea, llevándose a Nerea a Roma, o resucitando si hace falta al propio Marco.
Lo que hubiera podido resolverse en una miniserie digna de tres o cuatro capitulos lleva camino de convertirse en un culebrón de doscientos. Pues ya nos amenazan con una segunda temporada. En un próximo post ya comentaré la posibilidad que yo les planteo de alargarla incluso más allá de la muerte de Viriato.
Y, mientras, las chapuzas de siempre. Dejando de lado el penoso kilométrico pergamino de la tienda de Galba, que con cada capítulo va creciendo más y más, y el "me voy a chivar al pretor o la dómina" como contraseña para acceder a cualquier lugar del castra ante la cara de circunstancias de los vigías, quiero destacar hoy las crucifixiones.
Posible conversación inter guionistas:
A ver...a ver. ¿Qué podemos introducir para cambiar la rutina de nuestros capítulos ¡Oye! ¿Por qué no introducimos un par de crucifixiones al estilo Kubrick que llenan mucho?. ¡Qué buena idea!
Si uno accedía a las imágenes previas del capítulo que podían verse en la página de Hispania observaba un pedazo clavo en la muñeca de ojitos-reaction-shot, que en el pase definitivo, por lo que pudimos ver, decidieron eliminar. ¡Qué lástima! Otra vez ya nos la dieron hablándonos de la resurrección de la hermana de Viriato que hasta ahora no se ha producido. Al menos, ¡resucitará la Altea!
Decidieron incluir, finalmente, estos clavos en la escena de arranco -un par- de- clavos- de- hierro- con- unas- pulserita- de -nada.
Para los que habeís llegado al final, y ya que hablamos de crucifixiones : vide hic
Alegraos, muchachos, parece que en el próximo capítulo llegamos al climax que nos dejará con un par de narices y con Helena en el estado que nos augura la Maruja de Cruz y Raya en el Bingo
Comentario.-
Isabel Dice:
Diciembre 16th, 2010 @ 20:25 e
Llamadme “rara” pero he intentado ver esta serie, serial o como quiera definirse y no he podido. Por Zeus, qué sopor!
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