¿Se imaginan a la Sra. Catalá, Consellera de Educació de la Comunidad Valenciana, comiéndose un arroz al horno valenciano de fiambrera en el bar de su Facultad para poder hacer frente a los miles de euros que le debieron costar sus estudios de licenciatura de Derecho en la Universidad Privada y Católica CEU Cardemal Herrera, o saboreando un arroz caldoso valenciano en un tupper mientras trabajó unos años como abogada en un despacho profesional o disfrutando de unas natillas caseras de una tartera en su mesa cuando le dieron la asesoría del Grupo Municipal de su Partido en Torrent ?
¿A que no?
Pues la Sra. Catalá junto con Don Alberto Fabra no sólo son capaces de imaginarse a unos niños llevando junto a sus apuntes, cuadernos y agenda- y la manta los días que falle la calefacción- su ración de comida en unas fiambreras sino que encima pretenden hacerles pagar.
Y para justificar la bondad y la caridad de este pago recurre a algo muy trillado aquí en esta BARONÍA VALENCIANA y es la comparación con Cataluña. Faltaría más.
Déjense ya de las monsergas de otros y otras y céntrese un poquito más en el desgobierno y los despropósitos y despilfarros de su partido en la Comunidad Valenciana al que Vd. pertenece: eso es lo que le ha llevado hasta la extrema ocurrencia del impuesto de la fiambrera escolar.
Ustedes con su frenesí, por no llamarle de otra manera, han contribuído como nadie a la situación en que ahora se encuentra España y son ustedes la que han hecho que nuestra Comunidad este sobreendeudada hasta los topes.
Por eso somos conocidos a nivel internacional, por su forma de desgobierno y por su obsesión por los grandes eventos y los continuados despilfarros de sus obras faraónicas que debían llevarnos supuestamente al re-conocimiento por todo el planeta Tierra de la Comunidad Valenciana.
Sabemos de su manía por la generalización del inglés en la impartición de todas las materias en los centros educativos, como su colega Font de Mora la tuvo por la impartición del chino, que va a resolver todos los problemas de la educación en la Comunidad Valenciana
De ahí que la consideremos ampliamente capacitada para leer el artículo que nos-les dedica el NEW YORK TIMES sobre la una de sus obras frenéticas: la ciudad de la Luz: First a Building Spree, Now the Ax Is Falling
Ciudad de la Luz has become a prominent example of Valencia’s frenzy of
modern-day pyramid building, which left a legacy of $25.5 billion in
regional debt and bankrupt infrastructure projects as well as the
backlash now building against it.
The publicly financed compound is up for sale, and struggling to attract film production companies. European Union
authorities have issued an ultimatum to the regional government of
Valencia to explain by this week how it intends to recover $325 million
in taxpayers’ money improperly spent on movie mogul ambitions.
Como no sé si mi inglés será lo suficientemente bueno pues no sé tampoco si en estos momentos me encuentro en los niveles B1 o B2 lo que aquí se nos dice más que menos es que el frenesí valenciano nos ha dejado una herencia de 25.000 millones de dólates en infraestructuras en bancarrota y que la Ciudad de la Luz debe devolver a las autoridades europeas 325 millones de dólares invertidos de forma ilegal.
Foto tomada del New York Times: Marta Ramoneda for the International Herald Tribune.
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