Para intentar resucitar el espectro de la Roma imperial, los chicos
listos de la banca europea inventaron el euro, un sestercio de mierda,
una imitación del dólar, una patente de corso para millonarios que a los
pobres sólo nos supuso un ancla al cuello. Diez años después, la jugada
ha resultado todo un éxito financiero y una absoluta catástrofe
económica, con varios países al borde de la quiebra, millones de parados
husmeando en la basura y familias enteras desahuciadas mientras piaras
de indecentes gobernantes se dedican a facilitar el expolio a los
banqueros.
De cualquier modo, podemos dar gracias porque, para haber caído tan
bajo, no hayamos necesitado otra guerra de trincheras. Ni siquiera
dictaduras ni golpes de estado: dos países democráticos (Grecia e Italia, las dos cunas simbólicas del
continente) perdieron a sus líderes electos en cuanto el dinero movió
sus hilos desde Bruselas. En España todavía no ha hecho falta porque
contamos con un monigote con gafas que pierde el culo en cuanto le
chiflan sus titiriteros.
Pero estoy más de acuerdo con el comentario de SOPERO
De momento es una guerra económica, pero dale tiempo y veremos..
Confiemos en que el mañana no les pertenezca
¿Creen que podrán pararlos?
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