La Hispania del Viriato del miércoles Hispano se parece cada vez más a una telenovela peleona de pequeña reserva. Las telenovelas de Gran Reserva se mueven por otros ambientes. De serie nada de nada.
Y más que un soap opera o serial televisivo norteamericano con este look fashion de Falcon Crest o Dallas es sencillamente una telenovela simplona - con perdón para las buenas telenovelas, que haberlas, en su género, haylas - de final previsto. ambientada en un mundo de hispanos bandoleros al modo del Curro Jiménez televisivo y romanos tontorrones, mal interpretada y con un montaje y un ritmo plomizo y a trompicones que sigue como siempre, y que, a veces, ya quisiera alcanzar los inicios del trabajo realizado por algunos alumnos de Comunicación Audiovisual de la ESO
Uno puede disfrutar cada miércoles de la verborrea hispana y romana sobre la acción que se resuelve en cuatro caballos y carros de mercado medieval.
Tres soldados romanos deben ir tras Héctor-"ojitos"- reaction shot - para averiguar el escondite de cueva de cartón-piedra de Curro-Viriato. Eso sí: cargados con sus escudos, pila, y malla: vamos, con sus veinticinco kilitos aproximadamente a la espalda. Y de pronto, por arte de birlibirloque, al estilo Méliès, el "ojitos" lo encontramos oculto bajo tierra pegado al Algarrobo de su hermano. ¿Y los tres soldados?.
Nada, para eso esta nuestro Marco que no para de hablar y disculparse y contarnos lo fallido de una y otra empresa. Y es que el pobre no da pie con bola. El Galba, además de salido y ambicioso, tenía más paciencia que Job.
Una mujer pone como excusa, que es reacia a las relaciones prematrimoniales, pero se pega un bonito revolcón con el Viriato (?), y su padre, que es cabrero de cinco mil denarios (?), le recuerda que se sacrificó para que tuviera una buena formación - quizá la envió a estudiar a Atenas, Pérgamo, o Alejandría. Otra, aún siendo matrona, no hay capítulo en que no reciba una buena torta o patada, y diga con solemnidad de las mujeres que basta abrirse de piernas para atraer a un hombre - sin tetas no hay paraíso- y cuánto saben las mujeres fingir en la cama; otra es torturada y se suicida. Otro es traicionado por su hermano. Otro traiciona a su pueblo...y bla, bla, bla
Llevado a los límites: traición, venganza, enfrentamiento padres e hijos, padres e hijas, candidatos al matrimonio cornudos, envidias y rencillas entre políticos locales, amores imposibles, villanos muy villanos, malos muy malos, santas y prostitutas. Tontos pero que muy tontos
Bien, toca ahora hablar de la escena más bonita de la Hispania de ayer:
Se abre el telón: Sale un haruspex hispano realizando un acto de hepatoscopia y, tras el ritual, concluye que no place a los dioses luchar contra Roma, y, de pronto, Paulus interviene por el bien de Hispania, y ¡ convence a nuestro Haruspex- con su oratoria y dicción- de lo contrario! Nada, que el sacerdote, todavía con la manos ensangrentadas de la víctima propiciatoria, cambia de opinión en un par de minutos. Para que. luego, digamos de los haruspex de Cicerón.
Vetus autem illud Catonis admodum scitum est qui mirari se aiebat quod non rideret haruspex haruspicem cum vidisset
La escena es resuelta, como es habitual, en esta telenovela o folletín televisivo de romanos.
Bien, muchachos televisivos de Hispania, por lo bien que me lo he pasado este miércoles, os merecéis un par de escenas de buen cine.
Comentario.-
Santi Dice:
Noviembre 13th, 2010 @ 20:09 e
Supose que no durará molt la sèrie. Una llàstima, perquè els teus comentaris són molt sucosos!
Salutem
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