Mientras el eremita de Viriato va de ejercicios espirituales donde la tierra se encuentra con el cielo y se le aparecen los Otros en un sueño que jamás hubiera recogido Artemidoro por su simpleza, el protagonista del último capítulo es la pareja feliz de Galba y su mujer Claudia.
Si el Hispano Marcial hubiera conocido a nuestro Galba - ya puestos, igual nos lo encontramos, bebiéndose unas cervezas con Sandro próximamente por la Lusitania- seguramente le hubiera dedicado uno o varios de sus epigramas muy suculentos al ars amandi, en las antípodas de Ovidio, de este pobre y miserable personaje, fruto de la mente de algún guionista televisivo morbosillo, que abunda en el acoso y el maltrato a la mujer sea esclava o matrona patricia en esa atellana postmoderna, sin máscaras, titulada Hispania.
Algunas lindezas de este lince en el arte de amar del Galba de ayer hacia Nerea: "no me lo pongas difícil hoy no me encuentro con fuerzas"...o a su mujer "te abrirás de piernas cuando te lo pida". Pero es que, aunque se hubiera aprendido de memoria mil veces el Ars Amandi, que no pudo, de nada le hubiera servido, pues siempre, siempre, le surge un imprevisto que le impide consumar su pasión envuelva con ese toque de brutalidad, romana, ¡cómo no!. Que si un ungüento, que si un mensaje de Roma... Le va el coitus interruptus. ¡Qué lejos del Petronio de Quo Vadis, un ejemplo del gusto y la elegancia de la Antigüedad Clásica !
Y mientras la andanzas de este bestia de mano larga llena, como puede, de contenido unos de los capítulos peor montados de esta telenovela, la patricia Claudia se dedica a mostrarnos el trasero en plan archimima de espectáculo tetimimus, a nuestro Viriato que vuelve de unos ejercicios espirituales de donde el cielo se encuentra con el agua para gozo de los Otros. ¡Pobrecillo, menudo espectáculo!
Toda una pareja feliz, y modelo, por supuesto, de lo que, según algunos anteneros de tercera, era una matrimonio romano en oposición a un viudo como Viriato y la Sabina que se merece el honor de ser considerada entre los protomártires, por la que le viene cayendo encima por meterse en todos los enredos posibles y túnicas de once varas.
Bien, repasemos algunas perlitas del anecdotario denso para los incondicionales:
Baja el telón aulaeum:
Y aparecen en una fiesta de la Fertilidad(!) cuatro pelagatos pegando saltitos al son de un aulos mudo. De pronto aparecen los romanos. En un arco simple de varita maltrecha, Paulus, que todavía no conoce el arco compuesto, pretende atravesar la espléndida lorica Galbiana y acertar, y la cosa acaba en una retirada en la que un hispano muestra una flecha clavada en la espalda (?).
Se sube el aulaeum.
Se vuelve a bajar el aulaeum y aparece reaction-shot, el hermano pródigo del Algarrobo, con el fiambre de su cuñada más fresco que una merluza de primera sobre un caballo de gran estatura romano, como estos nos dicen que lo eran, - pero, ¿no se había suicidado antes del paro técnico?. Ya sabemos que en el cine el tiempo es relativo, pero, hombre, ni siquiera unas moscas... ¡Menudos congeladores se gastaban estos legionarios!
Subimos aulaeum
Bajémoslo.
Un grupo de legionarios se visten a la usanza hispana para hacerse pasar como tales seguidores de Viriato y atacar a unos comerciantes para crear el descontento. ¿Cómo sabemos que son romanos?
Entre otras cosas, porque uno de los romanos camuflados le suelta al comerciante:
¡ bésame la mano!, para recordarnos que Marco en otro lugar y tiempo al lider del consejo le suelta algo similar..."bésame los pies". Y es que los hispanos cuando besan es que besan de verdad.
Hoy presentamos algunas escenas del buen hacer de El Manantial de la Doncella, acompañando al Petronio de Quo Vadis y la Lola Gaos de Berlanga, y una versión de El Beso Hispano, para pasar la resaca del miércoles, o del jueves - ¿quién sabe?...
Volveremos a Hispania.
Por favor, Hispanos, no hagáis el último pase de anuncios tan largo que me entra el insomnio.
Sed felices...y ¡cuidado con los Otros!
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