PÁGINA EN CONSTRUCCIÓN.
Nos pasamos a blogger. Iremos incoporando los artículos de nuestra otra página elcinturondehipolita.com por orden cronológico hasta su cierre. Paciencia.
Hablando de Terentius Neo decíamos que en todos los retratos pompeyanos los instrumentos y soportes de la escritura se emplean como tópico símbolo de cultura y, por tanto, de un nivel social elevado, en un intento de suburguesía local por ser identificada con las aristocracia romana.
Este fresco pompeyano del IV estilo que representa a la llamada Safo – inv. 9084-descubierta en Junio de 1760, supuestamente en la insula occidentalis de la Regio VI, Masseria di Cuomo, es considerado el retrato más famoso de mujer pompeyana, porque el pintor supo captar el preciso instante de meditación antes de utilizar su stylus en el políptico de tabellae ceratae que sustenta en su mano izquierda.
Y es por eso que ocupa y ocupaba un lugar de privilegio en nuestro Taller de Escritura Antigua Incipit Titivillus, como recuerdo de nuestras doctae puellae.
No es posible saber si efectivamente se trata de un retrato de la renombrada poeta Safo, ejecutado mientras vivía o reconstruido posteriormente, pues el dibujo no manifiesta trazos relacionados con una fisonomía particular, ni se trata de una pintura realista de una mujer intelectual. El tratamiento está idealizado y sólo el peinado permite datarlo cronológicamente.
Formaba parte junto con otro medallón, con un busto masculino, de una decoración del IV estilo e intentaría recordar el aspecto de algún habitante de la casa. Podría tratarse de los retratos de dos hermanos representados en un contexto literario utilizado como tópico recurrente de algunas familias pompeyanas acaudaladas, a la que debió pertenecer esta docta puella.
También podría tratarse del retrato de una modelo con la intención de representar el tipo de mujer de la mujer pompeyana culta, recurriéndose a los atributos que aparecen en otros frescos con la misma intención. Su aspecto solemne y la imagen de cultura y, también, de riqueza evocada por el refinamiento de su peinado y las joyas y la redecilla de oro, pendientes y anillo en el dedo anular izquierdo, así como por su indumentaria de su manto sobre su túnica verde, quieren mostrarnos la elevada y respetable posición social de esta joven pompeyana
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Impresiona la expresión serena y la belleza de sus grandes ojos color avellana.
Hablando de Terentius Neo decíamos que en todos los retratos pompeyanos los instrumentos y soportes de la escritura se emplean como tópico símbolo de cultura y, por tanto, de un nivel social elevado, en un intento de su burguesía local por ser identificada con las aristocracia romana.
Este fresco pompeyano del IV estilo que representa a la llamada Safo – inv. 9084-descubierta en Junio de 1760, supuestamente en la insula occidentalis de la Regio VI, Masseria di Cuomo, es considerado el retrato más famoso de mujer pompeyana, porque el pintor supo captar el preciso instante de meditación antes de utilizar su stylus en el políptico de tabellae ceratae que sustenta en su mano izquierda.
Y es por eso que ocupa y ocupaba un lugar de privilegio en nuestro Taller de Escritura Antigua Incipit Titivillus, como recuerdo de nuestras doctae puellae, y en la exposición de la Saguntina Domus Baebia.
No es posible saber si efectivamente se trata de un retrato de la renombrada poeta Safo, ejecutado mientras vivía o reconstruido posteriormente, pues el dibujo no manifiesta trazos relacionados con una fisonomía particular, ni se trata de una pintura realista de una mujer intelectual. El tratamiento está idealizado y sólo el peinado permite datarlo cronológicamente.
Formaba parte junto con otro medallón, con un busto masculino, de una decoración del IV estilo e intentaría recordar el aspecto de algún habitante de la casa. Podría tratarse de los retratos de dos hermanos representados en un contexto literario utilizado como tópico recurrente de algunas familias pompeyanas acaudaladas, a la que debió pertenecer esta docta puella.
También podría tratarse del retrato de una modelo con la intención de representar el tipo de mujer de la mujer pompeyana culta, recurriéndose a los atributos que aparecen en otros frescos con la misma intención. Su aspecto solemne y la imagen de cultura y, también, de riqueza evocada por el refinamiento de su peinado y las joyas y la redecilla de oro, pendientes y anillo en el dedo anular izquierdo, así como por su indumentaria de su manto sobre su túnica verde, quieren mostrarnos la elevada y respetable posición social de esta joven pompeyana.
Impresiona la expresión serena y la belleza de sus grandes ojos color avellana.